LA LIBERTAD

El viento silba a través de mi ventana... "shiiii...shhhhh"...si no fuera porque es de día... me parecería ser la protagonista de una película de miedo... encerrada en una casa encantada...sin poder salir.

Miro a través de los cristales, y solo hay nubes. Este es un paisaje de lo más extraño en el mes de agosto ("Al final va a ser verdad eso de que está adelantándose el otoño")... miro mi móvil, y ahí sigue...en silencio...quizá para él también sea agosto."¿qué le costará llamarme?...¿saber si estoy bien?". Bueno... habrá que resignarse.

Ya os he contado que soy periodista... y como tal... trabajo muchas horas. Nosotros (como muchas otras profesiones seguro, mucho más duras que la mía)... sabemos cuando entramos, pero no cuando salimos. Esto no está mal, porque en el fondo, el gusanillo de la incertidumbre, del qué pasará hoy está siempre presente, pero esto afecta mucho a las personas de nuestro alrededor "Dícese novios, parejas".

Y es qué ¿quién aguantaría una relación en la que no se ve a la otra persona?... Bueno, seguro que muchos estarían encantados...la verdad... pero hay otros que no lo llevan bien.

Y bueno, os podeis imaginar...

Pero no es el fin del mundo... mi cabecita curiosa y siempre en movimiento, ya ha vislumbrado con dulce deleite, la parte positiva de estar soltera: Primero, observar que sigue funcionando el mercado (y no está mal)... soy joven y todavía no hay que alarmarse... a mi reloj biológico le quedan un par de décadas aún para seguir dando guerra... Además, tengo libertad. Esa gran palabra que tan pocas personas tienen.

Ayer nos desayunamos con la terrible noticia la ejecución número 400 de un reo en el país Yankee. Cada vez que me acuerdo se me ponen los pelos de punta. Sí, estoy en contra de la pena de muerte... creo que es como regresar a los orígenes de la Ley del Talión ("Ojo por ojo, diente por diente")... y creo que no sirve de nada.

¿Creeis que ha solucionado algo la ejecución de ese chico con la inyección letal?... Yo creo que no. Lo que él hizo, seguirá allí... (a quienes mató no les ha hecho resucitar), y su muerte ha destrozado a una familia entera. La suya.

Sí, ya sé que podeis pensar que puede ser una muerte ejemplarizante... Pero matar por dar ejemplo... me parece igual de arcaico. Me recuerda a la Edad Media y la Inquisición, cuando se colgaba o torturaba a los impíos en las plazas públicas, para que todo el mundo pudiera contemplar las consecuencias de alejarse de la Palabra de Dios.

No sé... ese chico no tenía libertad (ni siquiera para elegir su muerte, el cómo). Muchos no tienen libertad, hasta los más cercanos. La libertad se tiene o se carece de ella en múltiples aspectos (no sólo el físico, el estar encerrado). Hay falta de libertad mental, de opinar, del miedo al rechazo social... La opresión de las parejas, las familias... La sociedad.

Miro desde mi ventana, y el viento sigue silbando..."shhhhhhhhhh"... Cuando era pequeña quería ser como un pájaro... volar lejos, y alto...sin rumbo fijo. Quizá ser un poco como este viento que ahora se cuela por los resquicios de mi ventana. En libertad.