UNA HISTORIA DE MIEDO

Era una noche fría y oscura... hace ya algunos años. Me encontraba en aquella casa, a la que no he vuelto a ir desde entonces. Han pasado ya 6 inviernos... y todavía mi piel se estremece al recordar lo que ocurrió en aquella habitación.
Mi abuela tocaba las paredes de forma nerviosa, mientras cerraba los ojos y se estremecía... como queriendo borrar de su mente algún mal sueño.

- Abuela, vámonos ya de aquí, hace mucho frío.
- Espera niña...sólo un rato más... ayúdame a subir a la planta de arriba, solo quiero comprobar si aquello que ocurrió fue un sueño. Déjame aunque sea un momento pensar que nunca pasó.
- Está bien, te acompañaré... pero sólo un rato...no me gusta estar aquí...siento como si alguien me estuviera observando.

Mi abuela ya no me escuchaba, hacía tiempo que estaba lejos, viajando en sus recuerdos. Yo solo quería irme, volver al pueblo... quizá no fue tan buena idea regresar a su casa... me arrepentía de haberle pedido que me llevara a ese caserón donde vivió hasta la guerra.
No había luz, así que nuestra única iluminación era el tenue reflejo de la luna que se colaba de vez en cuando por las ventanas. Y ese viento silbeante que parecía amenazarnos y decir entre susurros: Iros de aquí. Aún así subí... no quería dejarla sola. Para llegar a aquella habitación, había que subir dos plantas separadas por una escalera de caracol de madera que chirriaba bajo nuestros zapatos. Una vez arriba, encontré una vela y la encendí. Ya ni siquiera asomaba el reflejo de la luna.

- Niña... aquí fue. Aquí estaba yo cuando nació la criatura. La vi con mis propios ojos... tenía casi tu edad, y todavía lo recuerdo como si fuera ahora mismo. Todavía siento ese calor asfixiante, el humear de los candiles y esos gritos, ese sonido que parecía venir del mismo infierno.

Mientras me hablaba, ausente, tocaba la cama y cada objeto... con suavidad, como si al pasar sus manos temblorosas, estrajera una parte de sí misma. La inocencia que perdió aquel día.
- Dios mío!!no lo oyes pequeña?
- No, no oigo nada... vámonos por favor... tengo miedo.
- Ahí está... ¿ves las marcas?

Acerqué la vela a una de las paredes y puede ver la hendidura de varios arañazos
- Era verdad... sí que pasó..pasó realmente.. Dios mío - Decía mientras se santiguaba.
- ¿Pasó qué abuela?
- Aquí... fue aquí mismo. Donde estás, estaba mi madre de pié... con un barreño de agua hervida. A tu derecha, estaba mi hermana pequeña. A tu izquierda una matrona.. y en la cama, ella... dando luz a esa criatura.

Sonó un relámpago. Comenzó a llover. Las ventanas se abrieron de golpe y empezó a entrar un frío intenso. La luz de la vela se apagó.

- Vámonos por favor... por favor... tengo mucho miedo.

Mi abuela me agarró del brazo, parándome en seco. Sentí un escalofrío que me recorría el cuerpo.

- Espera. Antes te quiero contra lo que ocurrió aquella noche... quizá no me quede ya demasiado tiempo de vida y quiero que lo sepas.
Hace cerca de setenta años, como sabes, viviámos en esta casa. Entonces no era como ahora... estaba llena de vida. Todos los días venían muchos vecinos a visitarnos. Era como un centro de reunión. Entre aquellas visitas se encontraba Pilar....una joven muchacha que conocíamos desde siempre. Pilar estaba embarazada... aunque no estaba casada, ni había tenido jamás novio conocido, y en aquella época eso estaba muy mal visto. La habían echado de su casa y mi madre la había recogido en la nuestra, como una hija más.
Un día, Pilar rompió aguas. Era verano, pero ese día había amanecido estraño. El cielo estaba cubierto de nubes, y caía una enorme tormenta de verano. Claro, ya nadie habla de ello, pero llovió tanto que hasta salió en los periódicos... fue un fenómenos extraño. El cielo se nubló y comenzó a granizar. Ese día Pilar estaba nerviosa, asustada... parecía lo normal puesto que iba a dar a luz...aunque luego comprendí a qué se debía ese miedo. Ese día supimos su secreto.
Antes se daba a luz en las casas... mi madre estaba allí, y también nosotras, mi hermana y yo. Llamamos a una matrona, y cerramos las puertas. Comenzaba el parto. Yo estaba asustadísima niña, jamás había visto un nacimiento... y tenía miedo de que a mi amiga le pasara algo malo. Todavía recuerdo aquellos gritos, y lo que decía: "¡Por favor! no me lo mateis, no me lo mateis!!".
Tuvieron que cerrar las ventanas, porque comenzó a llover... encendieron las velas y entre gritos, el niño comenzó a ver la luz...
Dios mío!!!....- mi abuela me apretó el brazo- Parece que lo estoy viendo!!esa cosa... Era, espeluznante. Salió de su vientre, y se hizo el silencio. Mi madre gritó que nos fueramos de allí... pero no lo hicimos. ¡¡Dios mío!! eso que nació no era un niño. Era un ser extraño, negro y cubierto de pelo... con la forma de un cangrejo. Tenía ocho patas y se movía nerviosamente mientras andaba por la cama. "¡No me lo mateis!!es mi hijo!!es mi hijo!!" gritaba Pilar.

Era como un monstruo niña, como debería ser el hijo del diablo. Y yo lo vi..yo estaba allí viendo al mismo Satán enjendrado.
Envolvieron a la criatura en una manta y se reunieron...A mi hermana y a mí nos sacaron de aquella habitación. Fuera, llovía fuertemente.
No sé si por el miedo, me quedé dormida. Cuando desperté fui corriendo a ver a mi madre. No estaba. Fui a la habitación. Las camas estaban hechas y Pilar no estaba. No había una sola huella de lo que mis ojos habían visto la pasada noche. Como si allí nunca hubiera pasado nada.
Mientras desayunaba entró mi madre en la casa.
- Mamá!! y Pilar??
- Pilar... se ha tenido que ir. La vinieron a buscar y se marchó.
- ¿Y el mosntruo?
- ¿Qué monstruo?
- El hijo que nació ayer. El diablo.

Su rostro se puso serio.

- Aquí no ha pasado nada. Recuérdalo. Nunca has visto nada.
- Pero yo lo vi!! estaba allí!
- Tu no has visto nada.

Nunca se volvió a hablar de ese tema. Ni de Pilar. Todavía no sé que ha sido de ella. La casa se fue poco a poco abandonando, y nos fuimos a otro publo... hasta hoy que he vuelto.

- Pero abuela... quizá fue un sueño...
- No lo fue... sé que pasó...sé que nació algo diabólico, algo que también nos destrozó a nosotros.
- ¿Cress que lo mataron?
- Sí, creo que se deshicieron de el...de la criatura... Lo hicieron para matar al Diablo y las consecuencias que podría tener. Lo hicieron por un bien, pero desde entonces ya nada fue igual.

Mi abuela comenzó a buscar en los cajones, en los armarios...alguna prueba que demostrara aquello... De pronto, tiró de un cajón que no se abría.
- Aquí, debe ser aquí... ayúdame niña.

Tiramos con fuerza, y el cajón se abrió de bruces. Era un viejo album de fotos. Sacamos las imágenes y nos sentamos a verlas. Dios mío... en todas y cada una de las fotos... imágenes familiares, había una sombra extraña... un ser que se reflejaba...era, algo fantasmal con forma de cangrejo...y unos ojos rojos, profundos que miraban al objetivo sonriendo con malicia.

Bueno chicos espero que os haya gustado...quizá os la he contado alguna vez... ainss!!estoy como mi abuela, chocheando, jeje!!...
Bueno esta historia siempre la han contado en mi familia... fue algo que dicen sucedió en un pueblecito de Murcia... mi abuela estaba allí en aquel parto (aunque nunca nos lo hemos creído claro... siempre pensamos que era un sueño... pero por si acaso, yo también os lo cuento).
Un besoteeeee!!
Por si no os ha dado miedo, os planto esta foto... para ayudar, jejeje!!



Coño!! esto si da miedo!!!
Un besoteeeeee!!